Máximo Alda | San Vicente de Arana (Álava), 1958.
Vive en Vitoria-Gasteiz.
De formación autodidacta, Alda es un artista plástico que se ha sentido atraído por la holografía a partir de 1986, a raíz de una exposición itinerante del Centro de Holografía de Alicante, creando inmediatamente su propio laboratorio con la obstinación propia del independiente. Vicente Carretón y Nieves Torralba, estudiosos de la holografía, han coincidido en señalar la mística de la luz que impregna su obra y el engarce que en ella se da entre el arte clásico y la estética de su tiempo postmoderno o neobarroco. A menudo, Alda junta la holografía con técnicas mixtas; las otras que ha venido cultivando: pintura y escultura, grabado y fotografía (con preferencia por primitivos procedimientos en desuso). Crea así esculturas e instalaciones holográficas y otras piezas de un porte más pictórico, tanto por sus hechuras como por sus motivos temáticos, los cuales citan la gran historia de la pintura mediante referencias a Mantegna, Durero, Fouquet o Delacroix. Más recientemente se interesa por la incorporación del tiempo, el movimiento, así como por sistemas de proyección tridimensional.