Se ha denominado Electrografía a los trabajos realizados con ciertos instrumentos para la comunicación llevados al terreno del arte, con el uso de la fotocopiadora como base del proceso creativo. En Europa, Estados Unidos y Canadá, el movimiento comenzó en los años 70: los artistas, atraídos por la inmediatez y los bajos costes de la manipulación electrográfica, la usaron en un principio como un recurso rompedor y desmitificador del Gran Arte, surgiendo la denominación de Copy Art. En esa década hubo en España alguna exposición individual y aislada de gran interés. Fueron varios los artistas que, deslumbrados por el nuevo medio y la fragilidad del soporte, se adentraron a experimentar con las fotocopiadoras: unos como propuesta rompedora; otros con una actitud de investigación ante este nuevo medio, utilizándolo no sólo como una herramienta de reproducción, sino a la búsqueda de su lenguaje propio.